Qué son las terapias Egipcio-Esenias

Son el fruto de años de investigación y de enseñanza a la vez recibida y dada.

Terapias que a través del trabajo esencialmente a nivel etérico inciden tanto en lo físico como en lo emocional, mental y a nivel de la conciencia del Alma. Así, lo etérico se sitúa como puente entre todo ello, siendo la base donde se cimienta la materia física, sería como la puerta de acceso por la que vamos a entrar en los diferentes niveles de nuestro ser. En ello se encuentra la base de la relación de la vida que anima el cuerpo humano en su relación con lo Sutil, lo Sagrado y lo Divino y los vínculos que existen entre Materia, Alma y Espíritu.

Ya hemos establecido uno de los principios sobre los que se van a apoyar estas terapias, el aspecto de lo “Sagrado”, entendiendo que todo en la existencia es sagrado ya que todo se encuentra habitado por una misma esencia. Así toda persona que venga a nosotros la veremos desde lo sagrado, todo acto de sanación será un acto sagrado. Es desde este aspecto que va a trabajar el terapeuta Esenio, reflejando la Onda de Vida que circula por cada ser y por todo el universo.

Desde el concepto de lo Sagrado comienzan a desprenderse como perlas de un mismo collar, el resto de actitudes ante la Vida y por ende sobre su paciente, que todo terapeuta debería desarrollar en sí; Amor, hacia él mismo, sus semejantes y todo lo que le rodea, pues la Onda de sanación que va a intentar vehicular es esencialmente Amor. Amor en acción.

Dicho Amor va irremediablemente unido a otro concepto, la “Compasión” ante el sufrimiento, dándose un profundo respeto hacia el camino del “otro”. La persona nunca podrá ser juzgada por su terapeuta, ni tan siquiera en su fuero interno.

El terapeuta sabe de antemano que él no es el artífice de cualquier sanación que pueda darse, simplemente es el vehículo consciente que se pone al servicio mediante su trabajo para que la Vida se restituya en la persona que ha solicitado su ayuda,lo cual va a hacer que aparezcan otras cualidades a desarrollar como son la Confianza, la Humildad y el Abandono. Es desde esta actitud que todo comienza a tener un sentido mayor, estableciéndose una relación triangular entre el terapeuta, la persona a tratar y lo Sagrado de la Onda de Vida, siendo esta relación el verdadero motor que obrara la sanación.

Esta es la verdadera fuente de todo el trabajo de las Terapias Egipcio-Esenias, de ahí procede toda su fuerza, su potencia, su capacidad de sanación, desde el Amor Consciente y Compasivo puesto al servicio de los demás, apoyado por un conocimiento técnico preciso. Es una verdadera ofrenda de lo más puro, de la vibración más alta, realizada desde el corazón.

De todo lo dicho podemos intuir que estas terapias no van a actuar solamente a nivel físico, también lo harán en todos los niveles del ser, no van solamente a los síntomas, se dirigen a la raíz de cualquier trastorno o sufrimiento, ofreciendo un apaciguamiento y una expansión del Alma.

Las Terapias Esenias no imponen nada, proponen una luz de sanación que va a buscar la raíz del sufrimiento. Ayuda a la persona que las solicita a revelarse más a si misma, a pacificarse, a sanarse profundamente y con total libertad.

El paciente debe ser consciente que tiene una parte importante en el proceso de su sanación, no es un simple sujeto pasivo, finalmente es él quien solucionará en su conciencia, ese conflicto, esa obstrucción de la vida, que ha generado la disfunción física.

Podemos terminar diciendo que el trabajo sobre la persona se centra en un desbloqueo y limpieza de los canales energéticos (nadis), regulación de los centros (chakras), tratamiento a nivel de órganos apoyándonos en ciertas técnicas estre las que encontramos las incisiones y extracciones a nivel etérico, presiones, activación de la circulación energética a lo largo de todo el cuerpo restableciendo asi el equilibrio, permitiendo que la energía estancada y/o bloqueada vuelva a ponerse en circulación favoreciendo la disipación de lo que quedó allí estancado facilitando la concienciación de la situación que lo provocó.

Una pregunta que ilustra bastante bien todo esto y que los terapeutas de la antigüedad hacían a sus pacientes y que tu ahora también podrías hacerte es:

“¿Contra que o contra quien estas en guerra?

Hoy tal vez, lo diríamos de otra forma,

¿Qué es lo que te activa, lo que te hace saltar?

¿Dónde se encuentra ese muro, situación o persona, en donde siempre tropiezas? Es decir, eso con lo que siempre terminas chocando, que siempre se repite.

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